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29 de enero de 2008

EXPERIMENTOS


Cuando los quehaceres de las fotos de stock no absorben mi tiempo, me pongo a investigar nuevas técnicas o a explorar la Red en busca de cosas que me ayuden a mejorar mi trabajo fotográfico. Todo eso conlleva mucha dedicación y una sola hora de sesión en el estudio o en exteriores supone luego muchas más ante el ordenador con programas de retoque y edición. Esa es la razón principal de que escribir aquí se haya vuelto tan escaso, pero procuro estar para la cita mensual.

Aunque ya tenía noticias anteriores de ella, últimamente estoy experimentando con una técnica reciente para obtener las llamadas imágenes de Alto Rango Dinámico (convencionalmente, HDR por las siglas en inglés de High Dynamic Range). Básicamente, consiste en combinar al menos dos fotos del mismo motivo con exposiciones distintas para logar una imagen final donde las luces más luminosas y las sombras conserven los detalles que
el ojo es capaz de captar en la escena real.
Más abajo explico un poco todo esto con muestras de mi producción, pero antes de nada quiero recalcar que se necesitan programas informáticos para fundir las fotos originales,
mucha disposición para estar tiempo ante la pantalla y, aunque no es imprescindible si hay buena luz, procurar hacer las tomas con trípode para luego evitar errores debidos a una mala superposición de unas con otras.
Uno de esos programas es Photomatix
, el que uso yo, pero cada vez salen más al mercado, si bien hay un acuerdo bastante general en que la calidad de éste es de lo mejor, con un manejo intuitivo y sencillo si se tienen nociones de fotografía. Así que voy a mostrar algo de lo que he hecho con él.
Las fotos que pongo para acompañar las explicaciones quizá no sean demasiado atrayentes, pero creo que sí muy
ilustrativas.

Estas dos imágenes son de una lámpara que tengo en mi estudio. El sol de la tarde entra por la ventana y proyecta sobre la pared la sombra de la persiana y del marco.
La primera fue tomada con los ajustes que la cámara seleccionó como adecuados para el valor de exposición ideal (EV por las siglas en inglés de Exposure Value), que se considera como valor 0 (cero), y la otra está sobreexpuesta en dos pasos completos (EV+2) por encima del valor básico para obtener más luminosidad.

Como se ve, en un caso como éste es prácticamente imposible conseguir una exposición correcta, pues si queremos apreciar detalle en las altas luces de la pared, el resto queda demasiado oscuro; por el contrario, si buscamos más definición en las sombras, las luces se "quemarán", como decimos en el argot fotográfico.
Aquí es donde la técnica de HDR interviene para solucionar el problema. Mediante un programa informático se pueden combinar ambas fotos y lograr una riqueza tonal imposible con un solo disparo, obteniendo
así otra imagen como ésta:

Es patente la mejora en todos los sentidos: ahora se ven bien los detalles de la lámpara y hay muy buena definición en las sombras recortándose sobre la pared, que es de un blanco casi puro donde da el sol.

Sin embargo, para capturar la mayor variedad posible de tonos, es mejor hacer más de dos tomas. La cantidad necesaria para alcanzar todo el rango tonal cambia según la iluminación de la escena, pero un número casi siempre aceptable es tres, separadas por dos pasos completos de diafragma. Para ello echaremos mano de una función que incorporan normalmente las cámaras digitales llamada AEB (del inglés Auto Exposure Bracketing o ahorquillado automático de la exposición) que permite hacer con un solo toque del disparador tres tomas con diferentes exposiciones: una normal -o con los ajustes deseados- y otras dos con valores por arriba y por abajo de la primera en pasos preestablecidos. Como dije antes, para HDR lo habitual es usar +2 y -2 si sólo se va a componer partiendo de tres imágenes como base.
Aquí tenemos una de esas secuencias de tres fotos: la ventana y la persiana del estudio con la calle y el parque al fondo.

Si las combino con Photomatix, obtengo esto:

Mucho mejor que lo que la cámara muestra con la exposición considerada ideal (EV 0). Aquí se ve tanto el exterior como el interior, con el parque y los edificios bien iluminados, al tiempo que se aprecian perfectamente las texturas del metal (¡y las manchas de los cristales!).

Por supuesto, no siempre dispararemos en ambientes donde la luminosidad sea tan radicalmente distinta en sus valores. En esta imagen de los focos del estudio, el contraste no es tan acusado como en los ejemplos anteriores y hasta se puede considerar aceptable la exposición con EV +2, además de la que eligió la cámara (EV 0).

Y ésta es la imagen que se obtiene al combinarlas con Photomatix:


Un par de ejemplos más con tomas de mi casa:


Creo que es evidente la enorme gama de tonos que se aprecia en los resultados finales, desde las cortinas iluminadas por la luz directa del sol hasta las nervaduras de las hojas y otros detalles del interior.

Sí, ya sé: se podría alegar que muchas de las fotos realizadas con esta técnica presentan un aspecto "irreal", pero ésa es una cuestión más relacionada con el hecho de que, por tradición, nos hemos acostumbrado a aceptar como estándar las que
desde los inicios de la fotografía están sujetas a los límites de la cámara con una única toma. Pero, guiándonos por los estándares de hoy, tampoco nos valdrían las que se hicieron en el pasado si no fuera por su calidad artística, su significado o su encanto retro.
Por otra parte, muchos fotógrafos de HDR fuerzan los ajustes para dar
a propósito ese toque irreal y hasta los llevan a extremos que distorsionan las imágenes de un modo que tampoco sería posible con las"normales". Además, no debéis juzgar solamente por las que figuran aquí porque yo aún soy novato en esta técnica y hay un sinfín de ejemplos que me superan ampliamente.
Yo he resaltado un poco los colores en todas porque me gustan así, pero eso es una cuestión de preferencia
personal. Lo que está claro es que, en cuanto a distribución lumínica, su aspecto resulta mucho más parecido a lo que percibe el ojo, que es casi la mejor de las cámaras. En la actualidad no hay muchas que incorporen esta tecnología porque no es lo mismo tener un programa especializado en el ordenador que meterlo en una máquina de fotos, con las modificaciones que eso supone para ambos, pero apuesto a que en un futuro no lejano será común encontrarlas.


Y ya vale de rollo. Ahora os dejo con otras muestras de mis primeras pruebas hechas mediante este método que
espero ir perfeccionando (especialmente en lo que se refiere a temas, que por ahora casi sólo son de postalita).






Éste es el dolmen de Cabaleiros, en Tordoia. Uno de los mejor conservados de Galicia junto con el de Axeitos, del que ya he hablado aquí.







Para terminar, una que me encanta (y a ella también) de mi amada Teresa en el sol del atardecer.





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