El agua corriendo entre peñascos tiene un atractivo fotográfico indudable, pero presenta algunos retos técnicos de cierta complejidad. Si además pretendemos emplear la técnica de HDR, los problemas aumentan considerablemente porque al combinar las fotos el movimiento dificulta su correcta superposición y se producen errores o artefactos en la imagen final. Las escenas de naturaleza donde los ramajes se mueven con cualquier ráfaga de viento son muy exigentes a la hora del procesado, pero los resultados pueden merecer todos los esfuerzos.
Algunas partes de la costa de Galicia presentan un perfil orográfico que baja abruptamente desde los 600m de altura hasta el nivel del mar en un trecho corto. San Andrés de Teixido, que aparece en el post anterior, es un perfecto ejemplo de ello y posee algunos de los acantilados más altos de Europa. Cientos de ríos y arroyos discurren entre las montañas formando rápidos, saltos y cascadas (fervenzas les llamamos por aquí) y ofreciendo a la cámara escenarios fantásticos.
Hoy pongo aquí algunos que he visitado en el último mes. Se trata de la península de Barbanza y los alrededores de San Xusto, enclave de un monasterio medieval del que apenas quedan restos. También a unos kilómetros está el río Tambre, uno de los mayores de Galicia, con algunas centrales eléctricas construidas en diferentes épocas del siglo pasado. La última en su recorrido, ya cerca de la desembocadura, se me parece a ciertos caserones de película de misterio y tiene una preciosa fuente de 1950 y un puente colgante que cruza el río.
En algunas fotos he incluido gente para dar idea del tamaño real. Desde luego, no son las cataratas de Iguazú (las cuales, por cierto, también he tenido la suerte de fotografiar), pero a la vista está que son muy hermosas.
Todo HDR.
SAN XUSTO
TAMBRE
También unas panorámicas de los mismos sitios.
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