El año pasado lo terminé aquí con flores y para empezar éste continuaré con la misma línea del trabajo sobre texturas, que es lo que más me atrae de un tiempo a esta parte por las posibilidades creativas. Las fotos de hoy tienen como base mi ciudad y su monumento emblemático por excelencia, aunque también pongo algo más que la Catedral. Como 2010 es Año Santo y se celebra lo que llamamos el Xacobeo, tampoco me parece mal momento. Además, ha pasado ya mucho tiempo sin sacar aquí nada de Santiago y hace unas semanas nevó por primera vez en años, lo cual aproveché para algunas escenas que casi nunca se presentan.
Ya expliqué algo de la técnica en entradas anteriores, así que sólo añadiré que las texturas usadas son en gran parte propias, o sea, que he fotografiado yo mismo la piedra, el cemento, el papel y demás materiales que luego aplico. También empleo imágenes bajadas de Internet. Hay docenas de sitios especializados donde sus autores las ponen gratuitamente a disposición de quien quiera utilizarlas. En otros de intercambio de imágenes, como Flickr, se puede encontrar una gran cantidad de grupos dedicados a estas técnicas y muchos de sus miembros comparten su material.
Termino con unas palabras de Goam (administrador del grupo La Mística de las Texturas en Flickr, del cual formo parte) que a mi parecer suponen una solvente justificación del uso de estos procesos, aunque en realidad me basta con que me guste a mí aplicarlos:
Por textura se entiende la estructura de la capa superficial de un material. Una foto con una textura muy resaltada confiere realismo a la imagen porque estimula nuestro sentido del tacto. La textura, junto con el tono y la forma, transforma los motivos planos en imágenes con gran sensación tridimensional y da lugar a sugerentes interpretaciones con fuerte contenido poético, que lleva consigo una capacidad comunicativa extra.
Ya expliqué algo de la técnica en entradas anteriores, así que sólo añadiré que las texturas usadas son en gran parte propias, o sea, que he fotografiado yo mismo la piedra, el cemento, el papel y demás materiales que luego aplico. También empleo imágenes bajadas de Internet. Hay docenas de sitios especializados donde sus autores las ponen gratuitamente a disposición de quien quiera utilizarlas. En otros de intercambio de imágenes, como Flickr, se puede encontrar una gran cantidad de grupos dedicados a estas técnicas y muchos de sus miembros comparten su material.
Termino con unas palabras de Goam (administrador del grupo La Mística de las Texturas en Flickr, del cual formo parte) que a mi parecer suponen una solvente justificación del uso de estos procesos, aunque en realidad me basta con que me guste a mí aplicarlos:
Por textura se entiende la estructura de la capa superficial de un material. Una foto con una textura muy resaltada confiere realismo a la imagen porque estimula nuestro sentido del tacto. La textura, junto con el tono y la forma, transforma los motivos planos en imágenes con gran sensación tridimensional y da lugar a sugerentes interpretaciones con fuerte contenido poético, que lleva consigo una capacidad comunicativa extra.
Por último, una cosa totalmente distinta y que algún día trataré aquí con más detalle. Se trata de lo que se conoce como un polarama y es el resultado de procesar una foto panorámica de forma que se unan sus extremos en círculo. A la vista está que es algo bien curioso y los "planetas" que se generan llaman mucho la atención. Aquí aparece Santiago con algunos tejados blancos por la nieve.
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