Además de la Catedral, el Camino y las referencias tradicionales que otorgan a Santiago cierta relevancia mundial, también tenemos aquí una obra arquitectónica todavía inacabada que los entendidos incluyen entre las más excelsas de nuestro tiempo. También debe de ser una de las que han generado mayores polémicas sobre su construcción ya que, a pesar de cierta "unanimidad" en el reconocimiento de su valía técnica y artística, ha supuesto un enorme desembolso de fondos públicos que muchos consideramos injustificable, además de cuestionar la utilidad de unas instalaciones basadas en la forma antes que la función.
Se trata de la Ciudad de la Cultura de Galicia, un ambicioso proyecto que se inició hace más de diez años durante la etapa del gobierno autonómico de Manuel Fraga y que ya se ha llevado 370 millones de euros, y sólo con el complejo (nunca mejor dicho) ejecutado actualmente en menos de sus dos terceras partes. Los cambios políticos y las protestas de despilfarro arrojaron sombras sobre su conveniencia y forzaron una redefinición de los objetivos originales. Con dos edificios finalizados de los cinco inicialmente previstos, uno en ejecución y otros dos suspendidos sin fecha, ahora su futuro es aún más incierto en la actual depresión económica. Baste decir que el mantenimiento anual cuesta 2,5 millones, según cifras oficiales, pero también las he visto extraoficiales que los estiman en mucho más del doble.
El diseño ganador del concurso internacional convocado para llevar a cabo la faraónica empresa fue el del (para algunos) prestigioso arquitecto norteamericano Peter Eisenman, quien también incluyó como homenaje póstumo uno de los pequeños pero técnicamente complicados edificios de John Hejduk (fallecido en 2000). De hecho, las conocidas como Torres Hejduk fueron las primeras en ser terminadas, hace ya años. Más detalles en la web oficial: cidadedacultura.org.
Y la verdad, lo que se ve construido es impresionante. Desde luego, ya puede, con todo el pastizal que hay ahí metido. Entre las opiniones que he leído de otros mi favorita es la de Xosé Manuel Pereiro, en enero de este año, cuando los Príncipes estuvieron para la inauguración el 11/1/11. Pero independientemente de los muchísimos reparos que se le puedan poner, reconozco que la Cidade da Cultura me transmite inmediatamente una armonía como pocas veces he visto y sentido con obras modernas. A pesar de lo incómodo que llega a resultar el pensamiento de hallarse en un lugar con tantos argumentos de peso en contra de su existencia, no puedo negar que me da placer deambular por sus instalaciones.
Las fotos corresponden a varias visitas en dos años y digamos que están ordenadas según su localización dentro del complejo desde que se accede a él. Hay muchas panorámicas y es una pena no poder poner aquí las de 360º. Esta vez la marca de agua va en grande y en el centro por motivos de copyright, pero he procurado que no se note mucho. ;)
La primera de las cinco partes del episodio dedicado por la serie Megaconstrucciones a la CdC y que pueden verse en YouTube:
http://www.youtube.com/watch?v=l8xTzZUogD4
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