Ya advertí cuando comencé estas páginas de que me lo iba a tomar con calma, pero llevo sin escribir desde principios de mes y no quiero dejar que termine así, porque he introducido un cambio crucial en mi manera de realizar panoramas, que, como sabéis, es mi mayor inclinación en el ámbito fotográfico. También debo decir en descargo de mi aparente dejadez que, además de la cantidad de ideas para proyectos que me bullen en la mente y las habituales tareas de edición y retoque con el ordenador de las fotos que hago, me encuentro inmerso en la reorganización de mis trabajos y todo eso me ocupa el tiempo casi al completo.
Espero que los efectos también se extiendan a este sitio y, aunque las actualizaciones aparezcan con menor frecuencia, los resultados sean visibles en la calidad de las imágenes.
No quisiera aburrir con cuestiones demasiado especializadas, pero es necesario aclarar que, en la mayoría de casos, la fotografía panorámica presenta notables problemas técnicos inherentes al movimiento de la cámara en horizontal o vertical cuando se sacan las fotos individuales, porque la forma de efectuar el giro influye drásticamente más tarde a la hora de unirlas. Es esencial mantener un eje de rotación lo más próximo posible al que se conoce como punto nodal de la lente (que suele estar casi en su centro) para evitar que los objetos situados en distintos planos de profundidad salgan de una toma a la siguiente desplazados unos respecto a otros.
Este problema es menor con los panoramas de vistas a cierta distancia y paisajes globales, pues la lejanía contribuye a disminuir esos desajustes y posteriormente resulta más fácil corregir eventuales defectos de fusión en la imagen final producidos por el desplazamiento entre tomas: los llamados errores de paralaje. Pero la cosa se complica, y mucho, cuando en el motivo a fotografiar abundan objetos cercanos dispuestos a diferente profundidad entre sí y, en particular, los que están en primer plano, que de una imagen a otra figuran sensiblemente cambiados de posición con respecto al fondo cuando el eje de rotación de la lente sobre el punto nodal varía en cada una, por poco que sea.
Hacer las tomas en estos casos sosteniendo la máquina en las manos tiene todas las probabilidades de que su posterior ensamblaje se convierta en una tortura y, aunque con cierta práctica (así trabajaba yo hasta ahora) se pueden lograr resultados aceptables, para un acabado perfecto lo más adecuado es usar trípode. Sin embargo, el cabezal de serie presente en casi todos los trípodes tampoco sirve de mucho porque sólo está preparado para rotar sobre su propio eje central, donde también se sitúa el tornillo para sujetar la cámara, y la lente suele quedar demasiado apartada de él, por lo que siempre habrá desviaciones. Así es el que viene con el mío, pero existen cabezales especializados que consiguen mantener la lente fija sobre su punto nodal girando en cualquier dirección.
Y me he comprado uno.
Los cabezales panorámicos en general son carísimos y pesados, pero el Panosaurus no es ni lo uno ni lo otro. Lo encargué directamente en la web de su autor, en Estados Unidos, y en cuatro días lo tenía en casa. Realmente un modelo de rapidez.
Curioso nombre el de este bicho que cumple su cometido a la perfección. Con él he realizado por fin mis primeros panoramas de 360º que se hayan convertido de hecho en imágenes reales con posibilidad de ser visualizadas sin un límite definido a ambos lados. Es una lástima que las condiciones de este blog no permitan la calidad necesaria para verlas, así que no me molestaré en subirlas para que se desvirtúen. Lo lamento de veras. Algún día, cuando tenga mi propia página.
Pero sí voy a poner varias con las que utilicé el Panosaurus, sobre todo en fotos desde cerca, que son también complicadas de hacer sin trípode especial. Aún me falta terminar la mayoría de las que he sacado en estas tres semanas que llevo con el bicho y habituarme a manejarlo con soltura, pero los primeros resultados ya justifican para mí la, por otra parte, módica inversión.
Las cinco imágenes a continuación están sacadas en el parque que hay a tres minutos de mi casa y son el resultado de unir con Autopano tomas individuales hechas con mi Sony H-1 montada en el Panosaurus y retocarlas con Photoshop. Todas están compuestas de dos filas con varias fotos horizontales (f.h.) o verticales (f.v.), según especifico en cada una. También aquí la calidad de visualización se ve muy afectada por tener que reducir el tamaño de las fotos para adecuarlas a las condiciones del blog. La limitación resulta especialmente penosa si tenemos en cuenta que con objetos cercanos la técnica de la fusión de fotos no se emplea para aumentar el campo de visión, sino precisamente para elevar el nivel de detalle. Pero es lo que hay, qué le vamos a hacer.
4 f.v.
4 f.h.
4 f.v.
6 f.v.
18 f.v.
Se avecinan más cambios fundamentales en mi quehacer fotográfico. Ya os pondré al corriente.
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