Casi todo el tiempo se me va en cuestiones relacionadas con la fotografía.
Mi mente no cesa de dar vueltas en torno a proyectos para no se sabe cuándo y a maneras diferentes de abordar lo que ya estoy llevando a cabo. El trabajo de campo, -la toma de fotos- también tiene su parte, claro, pero aun siendo la base de todo, no es lo que más ocupa, pues una sola salida normalmente genera muchos días de faena posterior. En realidad, casi toda mi labor diaria se centra en obtener resultados satisfactorios para el material recogido cuando salgo con la cámara.
Generalmente, los fotógrafos clásicos -con cámaras analógicas y rollos de película- encuentran en el proceso de laboratorio la cara, digamos, menos amable de su actividad; los que usamos cámaras digitales la encontramos en el proceso con ordenador. Ya son casi diez los años que llevo empleándolo para multitud de tareas y, sin embargo, nunca una sola de ellas había acaparado mi dedicación como esta pasión fotográfica que me ha dado. Tanto es así que, en cuanto me siento ante la pantalla, apenas puedo hacer otra cosa que no sea ponerme a montar y retocar panoramas o buscar los mejores ajustes para fotos "simples", además de ver en la Red la obra de otros y procurar aprender toda clase de técnicas. Incluso mientras duermo, los sueños que luego mejor recuerdo giran casi siempre en torno al tema...
Y bueno, llegado este punto prefiero pensar que todavía no alcanzo extremos obsesivos, pero ya veis que me ha pegado fuerte. ¿Os parece que puede ser grave?
Lo que intento explicando todo esto es pedir disculpas, tanto por el tiempo que llevo sin escribir aquí como por el que ha pasado sin comunicarme individualmente con quienes aguardan noticias mías. Espero que una idea de mi estado actual y lo que os contaré ahora faciliten vuestra amable comprensión conmigo.
En el post anterior hablaba del importante cambio que suponía la incorporación del Panosaurus a mi equipo fotográfico. Ya hice notar varias veces aquí que es una lástima verse tan limitado por la estructura del blog para poder apreciar las auténticas cualidades de las fotos panorámicas, pero os aseguro que el bicho marca bien su territorio y merece la pena usarlo.
Terminaba diciendo que se avecinaban más cambios fundamentales en mi quehacer y por fin puedo dar la feliz noticia de uno que de veras lo es:
TENGO UNA CÁMARA RÉFLEX DIGITAL
Hoy no voy a entrar en muchos detalles porque aún estoy medio extasiado con ella y el aprendizaje me llevará tiempo (un factor más para añadir a la lista de excusas, jeje), pero sí aclaro que es una Canon EOS 400D comprada por Internet junto con un objetivo 18/55. No se trata de una cámara profesional, pero nadie discute su gran calidad y me introducirá en un mundo muy distinto al de mi compacta Sony H1 -que sigue portándose maravillosamente, por cierto-.
Os dejo unas cuantas muestras de mis primeros disparos con la Canon y un panorama hecho con tres de sus fotos que, aunque a la resolución disponible en el blog no parece muy diferente de una toma individual, recoge detalles mucho más precisos. Son de estos últimos días y las mando sin retoques, tal y como salieron de la máquina (menos el panorama, claro), sólo que, como siempre, he tenido que reducirlas bastante para poder subirlas aquí. Creo que os darán idea de lo que es capaz mi nueva compañía.
Me encantan los colores del otoño, pero el clima anda bastante desbocado.
Si hace sólo un mes se echaba muy en falta la lluvia para mitigar la dura sequía que padecíamos desde el verano, en las últimas semanas ha caído tanta agua que incluso ha provocado inundaciones catastróficas con víctimas mortales. Comparado con semejantes desgracias, mi caso es pura anécdota, pero mi casa, que está en un edificio ya algo viejo, ha sufrido goteras considerables que me estropearon varias cosas, algunas importantes. Me fastidia doblemente porque no han pasado ni dos años desde que, pagadas entre todos los propietarios, se efectuaron arriba unas costosas reparaciones generales que debían haber solucionado ese problema concreto, ya presente por entonces. Una verdadera estafa.
Como se ve en las fotos, ha vuelto a salir el sol y lo ha hecho con fuerza. Pero el lugar que aparece en las dos últimas es habitualmente un prado con suelo seco a la orilla de un riachuelo. Mira su estado actual.
Mi mente no cesa de dar vueltas en torno a proyectos para no se sabe cuándo y a maneras diferentes de abordar lo que ya estoy llevando a cabo. El trabajo de campo, -la toma de fotos- también tiene su parte, claro, pero aun siendo la base de todo, no es lo que más ocupa, pues una sola salida normalmente genera muchos días de faena posterior. En realidad, casi toda mi labor diaria se centra en obtener resultados satisfactorios para el material recogido cuando salgo con la cámara.
Generalmente, los fotógrafos clásicos -con cámaras analógicas y rollos de película- encuentran en el proceso de laboratorio la cara, digamos, menos amable de su actividad; los que usamos cámaras digitales la encontramos en el proceso con ordenador. Ya son casi diez los años que llevo empleándolo para multitud de tareas y, sin embargo, nunca una sola de ellas había acaparado mi dedicación como esta pasión fotográfica que me ha dado. Tanto es así que, en cuanto me siento ante la pantalla, apenas puedo hacer otra cosa que no sea ponerme a montar y retocar panoramas o buscar los mejores ajustes para fotos "simples", además de ver en la Red la obra de otros y procurar aprender toda clase de técnicas. Incluso mientras duermo, los sueños que luego mejor recuerdo giran casi siempre en torno al tema...
Y bueno, llegado este punto prefiero pensar que todavía no alcanzo extremos obsesivos, pero ya veis que me ha pegado fuerte. ¿Os parece que puede ser grave?
Lo que intento explicando todo esto es pedir disculpas, tanto por el tiempo que llevo sin escribir aquí como por el que ha pasado sin comunicarme individualmente con quienes aguardan noticias mías. Espero que una idea de mi estado actual y lo que os contaré ahora faciliten vuestra amable comprensión conmigo.
En el post anterior hablaba del importante cambio que suponía la incorporación del Panosaurus a mi equipo fotográfico. Ya hice notar varias veces aquí que es una lástima verse tan limitado por la estructura del blog para poder apreciar las auténticas cualidades de las fotos panorámicas, pero os aseguro que el bicho marca bien su territorio y merece la pena usarlo.
Terminaba diciendo que se avecinaban más cambios fundamentales en mi quehacer y por fin puedo dar la feliz noticia de uno que de veras lo es:
TENGO UNA CÁMARA RÉFLEX DIGITAL
Hoy no voy a entrar en muchos detalles porque aún estoy medio extasiado con ella y el aprendizaje me llevará tiempo (un factor más para añadir a la lista de excusas, jeje), pero sí aclaro que es una Canon EOS 400D comprada por Internet junto con un objetivo 18/55. No se trata de una cámara profesional, pero nadie discute su gran calidad y me introducirá en un mundo muy distinto al de mi compacta Sony H1 -que sigue portándose maravillosamente, por cierto-.
Os dejo unas cuantas muestras de mis primeros disparos con la Canon y un panorama hecho con tres de sus fotos que, aunque a la resolución disponible en el blog no parece muy diferente de una toma individual, recoge detalles mucho más precisos. Son de estos últimos días y las mando sin retoques, tal y como salieron de la máquina (menos el panorama, claro), sólo que, como siempre, he tenido que reducirlas bastante para poder subirlas aquí. Creo que os darán idea de lo que es capaz mi nueva compañía.
Me encantan los colores del otoño, pero el clima anda bastante desbocado.
Si hace sólo un mes se echaba muy en falta la lluvia para mitigar la dura sequía que padecíamos desde el verano, en las últimas semanas ha caído tanta agua que incluso ha provocado inundaciones catastróficas con víctimas mortales. Comparado con semejantes desgracias, mi caso es pura anécdota, pero mi casa, que está en un edificio ya algo viejo, ha sufrido goteras considerables que me estropearon varias cosas, algunas importantes. Me fastidia doblemente porque no han pasado ni dos años desde que, pagadas entre todos los propietarios, se efectuaron arriba unas costosas reparaciones generales que debían haber solucionado ese problema concreto, ya presente por entonces. Una verdadera estafa.
Como se ve en las fotos, ha vuelto a salir el sol y lo ha hecho con fuerza. Pero el lugar que aparece en las dos últimas es habitualmente un prado con suelo seco a la orilla de un riachuelo. Mira su estado actual.
1 comentario:
nuevas fotos, no me gustan las goteras, me gustan mucho la naturaleza que con la ayuda de tu cámara nueva nos muestras.
Bicos TERESA
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