Me ocurre cada vez que estoy ante obras que encierran un componente enigmático y denotan semejante grado de tenacidad humana (sospecho que será por no destacar precisamente ésta entre mis propias virtudes). Me pasó en megalitos de Galicia -que está llena de ellos-, me pasó en Carnac, me pasó en Stonehenge...
El efecto llegó últimamente a su punto más álgido en el Vale do Côa en Portugal (planeo un post con mis fotos de la zona, que de los paisajes me parecen bastante mejores que las que salen en la web oficial). Los ¡30.000 años! que tienen algunos de los cientos y cientos de grabados que se hicieron allí sobre las rocas de las márgenes del río son un dato tan abrumador como la modernidad que emanan al compararlos con nuestro arte treinta milenios posterior. No sé qué opinaréis si os digo que Picasso (obviamente, excuso poner enlaces a ciertos nombres) pintó su archiconocido Guernica tras visitar en Francia las cuevas de Lascaux durante varios días y ya había estado en las de Altamira.
¿Hay algo nuevo bajo el sol?
Pero volvamos con las fotos.
Todo ese preámbulo venía a cuento de que al salir del restaurante Dolmen fuimos hasta un lugar cercano donde se enclava el dolmen de Axeitos (hay muchos links con abundante información y buenas imágenes de él, pues ciertas cosas siempre salen inevitablemente parecidas, pero en las de este blog se ve muy bien y resume su historia, aparte de que su autor tiene fotos preciosas de otros lugares y, además, al ver lo suyo he descubierto un buen sitio para publicar).
Se trata de un monumento funerario de la Cultura Megalítica erigido hacia el 4000 a.C. Aproveché para sacar algunas fotos de grupo, pero hubo un pequeño fallo: no tenemos ninguna con el dolmen. La razón fue que yo llegué un poco tarde por aprovechar la oportunidad de hacerle unas cuantas tomas a algo que también veréis aquí luego. A mi llegada, la familia ya regresaba de la visita al monumento y no era cosa de hacerles volver. Además, Antón y sus chicas se habían ido a la playa :>(
Os pongo dos; la primera es mía y la otra, de Eva, hecha con mi cámara.
Todo ese preámbulo venía a cuento de que al salir del restaurante Dolmen fuimos hasta un lugar cercano donde se enclava el dolmen de Axeitos (hay muchos links con abundante información y buenas imágenes de él, pues ciertas cosas siempre salen inevitablemente parecidas, pero en las de este blog se ve muy bien y resume su historia, aparte de que su autor tiene fotos preciosas de otros lugares y, además, al ver lo suyo he descubierto un buen sitio para publicar).
Se trata de un monumento funerario de la Cultura Megalítica erigido hacia el 4000 a.C. Aproveché para sacar algunas fotos de grupo, pero hubo un pequeño fallo: no tenemos ninguna con el dolmen. La razón fue que yo llegué un poco tarde por aprovechar la oportunidad de hacerle unas cuantas tomas a algo que también veréis aquí luego. A mi llegada, la familia ya regresaba de la visita al monumento y no era cosa de hacerles volver. Además, Antón y sus chicas se habían ido a la playa :>(
Os pongo dos; la primera es mía y la otra, de Eva, hecha con mi cámara.
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