Las fotos de hoy fueron tomadas en la Serra do Courel, zona montañosa de la provincia de Lugo donde el bosque autóctono aún cuenta con grandes masas arbóreas, de hoja caduca en su mayoría, con el castaño destacando como especie más emblemática. No voy a entrar en consideraciones sobre la despoblación que sufre su territorio y el abandono de tantos enclaves que antes estaban habitados. En este caso prefiero quedarme con el sol del atardecer potenciando los ya de por sí cálidos colores del otoño en un paisaje cautivador.
Como ya sabemos, el inconveniente del elevado contraste entre luces y sombras en esas condiciones es que habitualmente no se puede captar de forma aceptable en una sola toma esa diferencia tan grande. Se usan varios métodos para hacer frente a todo ese rango de luminosidades y que la imagen se vea más parecida a lo que aprecia el ojo humano en la escena real, entre ellos la mezcla de varias tomas más o menos luminosas. Últimamente mi sistema preferido es el de la fusión en Photoshop usando máscaras de luminosidad, de las que ya he hablado aquí en alguna otra ocasión. Pero ya sabemos también que existe software para el procesado de imágenes de alto rango dinámico, con Photomatix como máximo exponente en años atrás, aunque le han salido muchos nuevos competidores.
Quería probar uno que se llama HDR Projects y lo compré barato en una oferta. No voy a escribir aquí una reseña en profundidad sobre él pero diré que es una alternativa aceptable si se miran los resultados a tamaño completo. Sin embargo, cuando entramos a ver los detalles ampliando la imagen podemos apreciar fallos considerables en la reproducción de las texturas y eso lo hace poco recomendable para impresión fotográfica de formato grande. A menos que se quiera ofrecer exactamente ese tipo de sensación pictórica, claro, porque en todas las pruebas de fusión que le he hecho los detalles siempre terminan pareciéndose a pinceladas y trazos de pintura artística muy realista, pero bastante apartados de la fidelidad de las imágenes originales. No tienen por qué ser malos a ojos de todo el mundo pero a los míos no son válidos para el detalle fino, que casi siempre es el que nos lleva a adquirir lentes capaces de captarlo lo más fielmente posible. También genera bastante ruido en las zonas de sombras y no corrige las aberraciones cromáticas. Por lo demás, la sensación general es buena y lo mismo se puede decir del funcionamiento, que admite el trabajo directo con archivos RAW y es muy rápido en las transformaciones. Estas fotos están procesadas con HDR Projects 3. Podrían mejorarse con más retoques en Photoshop pero prefiero que se vean los resultados directos del programa.
¡Feliz 2018!
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